Aunque sea de corto recorrido y de escasa duración, el traslado de los titulares del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de la Sangre es el primer escalón de toda una Semana de Pasión que vivimos en el pueblo. Se congrega numeroso público en la puerta de la iglesia para acompañar a Estas Imágenes hasta su capilla, a unos 150 metros de la misma parroquia, el cual, ansioso por disfrutar desde ese mismo momento de la primera "cofradía" en la calle.
Todo un año esperando estos momentos hace que se viva con más intensidad y fervor el ver un año despues a tus Imágenes nuevamente en su Casa Hermandad y a partir de aquí, los turnos de vigilancia que año tras año se cumplen con obligación, más que gustosa , por estar casi "a solas" con los Titulares que tanto veneras y sentirte aunque sea de alguna manera por varias horas, mano protectora de nuestras Benditas Imágenes.
Desde el primer año que nuestros Titulares salen de su capilla, tengo la satisfacción de estar junto a Ellos la noche del Martes Santo desde las 12 de la noche hasta las 8 de la mañana del Miércoles Santo con la inmejorable compañia de mi primo Manuel, Pepe (nuestro capataz) y cómo no, el que siempre está conmigo, mi hermano. Toda una noche cargada de emociones y momentos en los que recordamos cómo empezamos desde pequeños a estar juntos en nuestra hermandad y cómo hemos mantenido nuestra amistad gracias a un grupo de amigos que, unidos como una piña, disfrutamos al cabo de más de veinte años de una cuadrilla de costaleros que crece año tras año y cómo los jóvenes del pueblo esperan ansiosos su momento de disfrutar bajo las trabajaderas de nuestro Cristo de la VeraCruz o de nuestra Virgen de la Sangre.
Toda una proeza de la cual nos sentimos muy orgullosos de seguir trabajando para que este diamante se siga puliendo poco a poco.
Y esto sin saber aun la semanita que se nos iba a echar encima con la dichosa borrasca...
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