domingo, 31 de octubre de 2010

2 de noviembre, día de nuestros Queridos Difuntos.

No es que tengamos que esperar al 2 de noviembre para recordar a nuestros familiares y amigos que nos dejaron en esta vida, hay muchos momentos durante todo el año que se nos vienen recuerdos entrañables de ellos en vida. Nos dejaron para que sigamos nosotros aquí y asi sucesivamente haremos con nuestros hijos y nietos, es ley de vida. Tengamos en nuestra memoria a nuestros queridos difuntos y recordémoslos como ellos quisieron que lo hiciésemos. Descansen en paz.

Silencio y paz
Fue llevado al país de la vida. ¿Para qué hacer preguntas? Su morada, desde ahora, es el Descanso, y su vestido, la Luz. Para siempre.
Silencio y paz. ¿Qué sabemos nosotros?

Dios mío, Señor de la Historia y dueño del ayer y del mañana, en tus Manos están las llaves de la vida y la muerte. Sin preguntarnos, lo llevaste contigo a la Morada Santa, y nosotros cerramos nuestros ojos, bajamos la frente y simplemente te decimos: esta bien. Sea.

Silencio y paz.

Se acabó el combate. Ya no habrá para él lágrimas, ni llanto, ni sobresaltos. El sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Señor de la vida y dueño de nuestros destinos, en tus Manos depositamos silenciosamente este ser entrañable que se nos fue.

Duerma su alma inmortal para siempre en la paz eterna, en tu Seno insondable y amoroso, ¡oh, Padre de Misericordia!

Silencio y paz. Amén.

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