Manolo Gómez, aunque jóven, pero un auténtico veterano del costal al estar desde que era un niño junto un paso de Semana Santa, tanto en Huévar como en Sevilla.
Cuando llegan las procesiones tanto de Semana Santa como en fiestas de hermandades, aparece la figura del contraguía junto a las traseras del paso. Son imprescindibles para el buen andar del paso y posición fundamental para completar el trabajo del capataz.
Son poco visibles en cuanto al cortejo procesional pero sin ellos se haría casi imposible el que el paso de Cristo o de Palio luciera con plenitud su magestuosidad por las calles del pueblo. Aunque su trabajo se disminuye en cuanto a las procesiones en las cuales los costaleros no van bajo el paso como es el caso, por ejemplo, de la reciente salida de la Virgen de la Sangre. Aquí, la labor del contraguía es por pura vocación y compromiso, aunque no menos importante. El costalero, aunque en este caso esté viendo el trascurrir del paso y rectifique casi por sí sólo las decisiones del capataz, el contraguía con su simple presencia, transmite respeto y seguridad en el trabajo del costalero.
En estas imágenes aparecen dos personas que, si puderan, se meterían en el paso desde la salida hasta la entrada, no fallan, siempre al pie del cañón.
Gracias por estar ahí.
(Aunque sin olvidar a mis amigos Juan Pozo, Manolo Moreno y Fran Gómez que completan un equipo que se entregan durante Semana Santa año tras año con Nuestros Titulares)
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